MASCUTE TIPS: "Las mascotas también lloran"

¿Sabías que los animales también pueden sufrir trastornos mentales como las personas? En el caso de los perros, los primeros cuatro meses de vida son determinantes para determinar el comportamiento de adulto, de hecho, el 99% de los desórdenes emocionales que aparecen se deben a fallos de las personas que han formado parte de ese proceso de socialización y del ambiente en el que se desenvuelven.

No es correcto enojar al perro por destrozar todo si, en realidad,
el culpable es uno.

La ansiedad en los animales domésticos se debe tratar con una terapia conductual y, en los casos más graves, con fármacos como los que tienen componentes psicotrópicos.

El apego emocional entre una mascota y su dueño puede generar trastornos mentales. Por ejemplo al dejarlos solos, se presenta lo que se conoce como "ansiedad por separación" o "síndrome de ansiedad generalizada".

Para los animales que sufren ansiedad por separación reaccionan destruyendo todo lo que encuentra a su paso. Un médico veterinario convencional recomienda se les administre benzodiacepinas; no obstante la medicación debe estar sustentada con un diagnóstico clínico .

Según comentó el experto en caninos, Cesar Millan; en el caso de los canes (aunque también puede adjudicarse, esto, a ciertos gatos; ya que su personalidad es más dominante que el de los perros) los mismos dueños son

capaces de crear transtornos en sus propios animales, haciendo lo que llama él: "Humanizándolos", tratarlos como si fueran personas; acostumbrarlos a rutinas y modos de accionar que no son propias de las mascotas. Esto provoca una terrible confusión en los engreídos y, por ende, creando lo que se denomina "transtorno de la personalidad". Es muy lindo el engreír, bañar, cuidar, arropar a la mascota; pero nunca olvidar que, como animales, necesitan entender una jerarquía propia en manadas, mantenerlos en actividad física y dejarlos interactuar con sus semejantes.

El engreído de casa necesita mucho amor; demostrarlo es, también, mantenerlo en un muy buen estado, tanto físico, como psicológico.